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Castillo Templario de Fregenal de la Sierra

La cultura frexnense ha sabido conservar la impronta de los pueblos a lo largo del tiempo

Su amplio patrimonio, civil y religioso, guarda la esencia de los habitantes de esta ciudad a lo largo de los siglos

Descripción:

Por su situación estratégica, en los límites de Sierra Morena y lindando con el norte de Huelva y la región portuguesa de Alentejo, Fregenal de la Sierra fue en tiempos pasados un punto de encuentro entre pueblos y culturas. En tiempos de los romanos, Fregenal pasó a formar parte de la Beturia Céltica. Muestra de ello es el importantísimo yacimiento de Nertóbriga, en el que se han hallado los restos de una población ocupada desde el siglo I a.C. hasta los primeros siglos de nuestra era.

Puedes comenzar tu visita por el castillo templario, que alberga en su interior la plaza de toros y el mercado de abastos. Y es que la Orden del Temple se instaló en Fregenal cuando la población pasó a formar parte del Reino de Sevilla, después de haber sido musulmana. Hasta 1833 Fregenal no fue extremeña.

Adosada al castillo, encontrarás la iglesia de Santa María, considerada la iglesia mayor de la población. Sin embargo, es la iglesia de Santa Ana la que posee una de las obras más brillantes de del siglo XVI en la Baja Extremadura. Se trata del retablo mayor, un tríptico plateresco atribuido al artista flamenco Roque de Balduque, y cuya iconografía relata escenas de la vida de María y de la Pasión de Cristo. En una de sus capillas, de estilo neoclásico, se encuentra la tumba de uno de los frexnenses más ilustres, el político Juan Bravo Murillo.

De camino hacia la iglesia de Santa Catalina, en la que se encuentra un Cristo del Perdón atribuido a la escuela de Martínez Montañés, podrás disfrutar del atractivo de las casas solariegas de los barrios de Santa María y Santa Ana. Hay una ruta específica que recorre las calles de Fregenal en las que se encuentran estas casonas de especial interés. También puedes visitar el colegio de los Jesuitas los conventos de La Paz y San Francisco.

Por supuesto, no dejes de ir al santuario de la Virgen de los Remedios, con su sala de los hijos ilustres, una galería de retratos creada por iniciativa, al parece ser, del cura Rafael Martín Moreno. La imagen gótica de la Virgen de los Remedios sostiene en sus brazos a «Luquitas», como se conoce popularmente al Niño en honor a un torero llamado Lucas, que fue el que lo donó.

No te olvides de echar en la mochila unos prismáticos y tu guía de aves, pues en Fregenal de la Sierra hay una ruta ornitológica en la que podrás descubrir a lo largo y ancho del casco urbano, más de treinta especies de aves.

Si eres más  de naturaleza que de ciudad, preferirás caminar por la red de senderos de Fregenal, admirando su paisaje de frondosas dehesas , donde hoza el cerdo ibérico, que da los ricos jamones y chacina de la zona. Son típicas de aquí las migas para el desayuno; el guarrito frito y el bacalao «engazpachao» para el aperitivo; una buena caldereta o una mandanga de «revoltillos» y patas de cordero para comer aderezados por un buen vino de pitarra y de postre, unas perrunillas, unas flores o cualquier dulce conventual.

Entre los eventos culturales, merece destacarse el Festival Internacional de la Sierra, que cada mes de agosto las gentes de Fregenal dedican al folclore, la música y la danza. Por su singularidad, ha sido declarado de interés turístico de Extremadura y considerado como uno de los quince mejores festivales de España.

Detalles Adicionales

  • turismo@fregenaldelasierra.es